FISIOTERAPIA Y REHABILITACIÓN EN FRACTURA DE PELVIS.
Barcelona, octubre 2018|Fisioterapia y rehabilitación en fractura de pelvis. Caso Clínico de Marina Gonzalo, responsable del servicio de fisioterapia y rehabilitación del Hospital Veterinario del Mar
DATOS DEL PACIENTE Y DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA
Marley, un Jack Russell macho castrado, de año y medio de edad, fue referido a nuestro Hospital, porque, días atrás había sido atropellado por un coche, ocasionándole heridas de considerable tamaño, y dificultad al andar, orinar y defecar.
Su veterinario de confianza, había suturado las heridas y administrado la medicación necesària, sin embargo, tras 24horas, estas se abrieron, y ahora presentaba mucho dolor lumbar y no defecaba.
Se nos refirió el caso, para poder encontrar el origen del problema, y asimismo, dar solución a los intentos fallidos de cicatrización de las heridas.
PRUEBAS REALIZADAS Y DIAGNÓSTICO
En el examen físico general, Marley presentaba una laceración amoratada, en la parte baja del abdomen, que aún y no estar infectada, tenía parte de los márgenes retraídos.
Asimismo, andaba con dificultad y falta de coordinación, y mostraba una postura cifótica, caracterizada por una exagerada curvatura de la espalda, hacia delante.
Tras realizar una exhaustiva exploración por parte del servicio de Neurología del Hospital Veterinario del Mar, se descartó un proceso neurológico.
Sin embargo, el examen traumatológico evidenciaba dolor a la manipulación de la cadera, y a la aducción de la extremidad posterior izquierda.
Se decidió resolver los obstáculos principales, realizando un primer abordaje analítico, para sedar a Marley y suturar la herida abierta.
A continuación, se realizaron pruebas diagnósticas de imagen para avanzar así en el diagnóstico del origen de dolor.
(Figuras 1 y 2)
Lamentablemete, las imágenes radiológicas revelaron una leve contusión pulmonar, así como una luxación sacro-iliaca izquierda y derecha, y una fractura en pelvis, en el isquion y en el pubis.
Estas fracturas, y el dolor que le provocaban, le dificultaban el poder defecar correctamente, por lo que el intestino grueso, a nivel de colon, presentaba mucho contenido acumulado, causándole aún más molestia.
TRATAMIENTO
Con este diagnóstico, operar a Marley, para resolver las fracturas en pelvis era crucial, ya que de ello dependia la calidad de salud del resto de su vida, por lo que en menos de 24horas, el equipo de cirujanos y traumatólogos entraban en quirófano.
No obstante, las lesiones eran más graves de lo que parecían al principio, pues lo que se presentaba como una luxación sacro-iliaca resultó ser una fractura del hueso sacro.
La intervención se complicó, transformándose en una cirugía de pelvis más larga y compleja, que debía ser abordada de diferente y, idealmente, con otras herramientas.
Sin miedo pero, el equipo del Hospital Veterinario del Mar enfrento los obstáculos, y consiguió estabilizar la cadera con una aguja que, días después, debería ser retirada. (Figuras 3 y 4)
La cirurgia fue un éxito, però lamentablemente, sólo era el primer paso, pues Marley debía enfrentarse al siguiente reto; Hacer reposo estricto y absoluto, durante un mes, pues el riesgo de recidiva era elevado.
EVOLUCIÓN
Después de 10 días de la cirugía, Marley fue derivado a Marina Gonzalo, la especialista del servició de fisioterapia y rehabilitación del Hospital Veterinario del Mar, quien supervisaría su recuperación, y marcaría las pautas a seguir.
En la exploración general apreció que aún y no mostrar dolor, al andar, Marley aún presentaba limitaciones y no apoyaba el peso en el tercio posterior. La cadera estaba desplazada, y tenía una atrofia muscular en la zona del glúteo.
Además, la cicatriz seguía sensible y en la extremidad posterior izquierda, presentaba un ligero seroma, y molestias a la palpación .
No obstante, estábamos en el principio de la recuperación, por lo que se planteo resolver paulatinamente las lesiones y deficiencias.
Tener a Marley prácticamente inmovilizado, era duro pero seguía siendo crucial para su recuperación para disminuir el dolor, conseguir una buena cicatrización, y reducir la inflamación.
También se recomendó realizarle masajes de frío y calor, con movilizaciones pasivas de las extremidades, ayudando así al drenaje, y evitando la atrofia y acortamiento muscular.
Unas semanas después, Marley ya caminaba correctamente, y las cicatrices habían suturado a la perfección, por lo que el servicio de traumatología del Hospital, indicó que era el momento adecuado para retirar la aguja de la fractura de la pelvis.
A pesar de que la cirugía fue un éxito, en las radiografías de control se visualizaron pequeñas incongruencia a nivel de la articulación, y se detectaron molestias en la musculatura de la espalda, probablemente por compensación, al no utilizar de forma completa las extremidades posteriores.(Figura 5, 6 y 7)
RECUPERACIÓN
Tras dos semanas con la misma pauta de rehabilitación, Marley caminaba con normalidad, por lo que se explayaron mensualmente las visitas a terapia, y se aplicaron nuevas técnicas beneficiosas, como terapias manuales especificas.
La mejoría de salud de Marley, lamentablemente, esta vez implico no respetar los tiempos de reposo, y en consecuencia realizar una actividad más intensa, por lo que tras las fiestas de navidad, durante un juego brusco, Marley tuvo que acudir de urgencias al Hospital Veterinario del Mar, por dolor y una cojera muy marcada de la extremidad posterior izquierda.
RECAIDA Y RESOLUCIÓN
Temiendo lo peor, se realizaron pruebas diagnósticas de imagen, que por fortuna descartaron las causas óseas.
No obstante, Marley seguía quejándose de molestia, y dado que no respondía al tratamiento médico indicado, se refirió de nuevo al servicio de rehabilitación. (Figura 8 )
Se diagnostico que Marley sufría dolor moderado, debido a la contractura de los musculo del glúteo. Estas suelen ser muy dolorosas, causando frecuentemente cojeras, y no respondiendo a antiinflamatorios convencionales, solo a terapia física y manual.
Debido al dolor, Marley reaccionaba agresivamente frente a cualquier manipulación, por lo que se decidió instaurar un plan de terapia laser, combinado con reposo y la aplicación de calor superficial.
Esta, al no ser invasiva ni causar molestia, permitía tratar el origen del problema, sin tener que manipularlo en exceso.
Los resultados desde la primera sesión, fueron evidentes, resultando ser una terapia clave para su recuperación.
Marley enseguida recuperó la movilidad de la extremidad posterior izquierda, y a pesar de ser imprescindible las visitas mensuales de mantenimiento y control, por parte del servicio de rehabilitación, estaba listo para empezar a hacer vida normal.