INTOXICACIÓN POR ETILENGLICOL
Barcelona, Julio 2018| Intoxicación por etilenglicol. Caso Clínico de Marta Hita, responsable del servicio de la Unidad de Curas Intensivas y hospitalización del Hospital Veterinario del Mar
DATOS DEL PACIENTE Y DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA
Llufa, una hembra de Husky de 3 años, acudió de urgencias al Hospital Veterinario del Mar debido a la ingestión accidental de líquido refrigerante de coche.
Sus propietarios la habían dejado sola en casa, y aburrida destrozó un recipiente de 5 litros de este producto. Hacía menos de 2 horas que estaba sola, pero frente al estropicio, desconocían la cantidad exacta de líquido que había podido ingerir, y las consecuencias que se podían generar.
El líquido refrigerante del coche contiene etilenglicol, una sustancia que también puede encontrarse en pinturas, barnices, o productos de revelado fotográfico, entre otros.
Las intoxicaciones causadas por etilenglicol son graves, y la frecuencia de este tipo de casos, en medicina veterinaria, es poco habitual dada la rara presencia de este producto en el hogar.
Sin embargo, su ingestión accidental puede suceder debido a su palatabilidad, ya que al parecer es dulce y con sabor parecido a almíbar.
Lamentablemente, pequeñas cantidades de etilenglicol son suficientes para ser letales para nuestras mascotas.
EXAMÉN FÍSICO Y DIAGNÓSTICO
Cuando Llufa fue atendida en el hospital, su examen físico se encontraba dentro de la normalidad, presentando únicamente una leve alteración en el estado mental.
Sin embargo, no estaba fuera de riesgo, ya que los signos clínicos más frecuentes asociados a esta intoxicación pueden aparecer hasta pasadas 24 horas des de su ingestión y suelen darse en forma de vómitos, estado mental o motriz alterado, convulsiones, o incluso coma, dependiendo de la cantidad ingerida y del peso del animal.
Además, a partir de las 12horas, pueden aparecer signos de disfunción cardiorrespiratoria como taquipnea y taquicardia.
Pasadas 24 horas, incluso después de una mejoría momentánea del cuadro clínico, suelen aparecen indicios de fallo renal agudo provocando dolor abdominal, hipotermia, diarreas, vómitos, o incluso, su muerte.(Figura 1)
Esta sustancia por sí misma no es tóxica, pero si se ingiere, se metaboliza en el hígado y puede dañar el sistema nervioso central, el sistema cardiovascular y los riñones.
Su diagnóstico definitivo puede realizarse mediante la medición de este componente en sangre, pero desafortunadamente, dada la poca casuística de estos casos, este test analítico no se encuentra disponible en los hospitales de veterinaria y su estudio analítico en laboratorios externos puede retardar la identificación de la intoxicación.
Por esta razón, frecuentemente, su diagnóstico termina realizándose mediante las alteraciones analíticas (a nivel renal y del pH sanguíneo), alteraciones a nivel de la orina, anormalidades ecográficas en la estructura renal, o mediante una historia clínica que sugiera la posible ingestión de este tóxico.
En Llufa, debido a la historia clínica, aún y hallarse sólo una leve elevación de un parámetro renal, se instauró la terapia de manera inmediata para prevenir el grave pronóstico y preservar así su salud.
TRATAMIENTO
Dada la gravedad asociada a la intoxicación, y el poco tiempo transcurrido des de la misma, la rapidez de actuación era crucial, por lo que se indujo el vómito de Llufa, y se procedió a realizarle fluidoterapia intensiva durante las siguientes horas controlando la progresión de sus signos clínicos.
El tratamiento para este tipo de intoxicación consiste en la administración de sustancias que interfieren en el metabolismo del etilenglicol.
A nivel hospitalario, es habitual el uso de etanol (alcohol) o del 4-Metilpirazol, dos sustancias que bloquean la actividad del alcohol deshidrogenasa, la enzima responsable del metabolismo del etilenglicol.
En el caso de Llufa, durante las siguientes horas a su ingreso, se le administraron infusiones continuas de etanol, siendo el producto elegido, el vodka, controlando la aparición de posibles efectos secundarios además de posibles progresiones del problema renal. (Figura 2)
En los casos más graves, dónde es evidente un fallo renal, o el paciente no responde de forma adecuada a los antídotos, puede ser necesaria la realización de hemodiálisis con tal de eliminar la presencia del tóxico y sus metabolitos en sangre, por lo que el constante control de Llufa era vital.
EVOLUCIÓN
El pronóstico de esta intoxicación depende del tiempo transcurrido des de su ingestión. Si el problema progresa a un fallo renal, el pronóstico es reservado, calculándose una alta tasa de mortalidad, en torno al 85% de los casos.
Por suerte, Llufa se recuperó completamente, sin indicios de lesiones renales incluso varias horas después de su ingreso.